LOS MEJORES BARES DE PINTXOS Y PICOTEO
DE BILBAO Y DONOSTI

PINTXOs
CON "TX"
En Euskadi comer bien, más que una necesidad es un placer
Hay quien piensa que “pintxo” significa “tapa” en euskera y que ambos términos pueden utilizarse para referirse a lo mismo. Aunque los dos comparten similitudes, la tapa es más bien una ración de comida que una receta en si, es un tentempié que acompaña a la bebida. Sin embargo, el pintxo podría describirse como el primo pijo de la tapa, más trabajado y completo. Es frecuentemente considerado una referencia gastronómica en el País Vasco y en especial, en Donostia.
Su nacimiento es posterior al de la tapa, allá por los años 30 en el bar “La Espiga” situado cerca de la playa de La Concha (son suposiciones, ya que no hay datos certeros sobre este hecho). Su nombre proviene de la forma en la que se presenta: en la barra de los bares incrustados con un palillo puntiagudo.
Esto tan solo es el supuesto origen de los pintxos, su evolución hasta la actualidad ha sido continua y creciente. Hoy en día, podemos encontrar pintxos en casi todos los bares del territorio vasco, aunque algunos pueden destacar sobre los demás por su originalidad, variedad y calidad. Al tratarse de pequeñas porciones, los cocineros pueden utilizar ingredientes más sofisticados a un precio asequible, lo que deja una vía abierta a su imaginación y creatividad culinaria.
Ir de pintxos se ha convertido en una costumbre para los vascos, sobre todo en círculos adultos o familiares. Sin embargo, los bares intentan ajustarse a tiempos de crisis y a la gente joven con el fenómeno del “pintxo-pote”. En él, se puede degustar un pintxo y una bebida (cerveza, sidra, vino) por un precio más reducido de lo habitual. Los jueves es el día en el que se suele celebrar. Los bares se llenan más de lo frecuente y de esta forma, los bares no pierden beneficios a pesar de reducir sus precios. Además, se consigue que los jóvenes se aficionen a los pintxos y no se pierdan las tradiciones de nuestra tierra.
Tal y como declara Endika Dos Santos, camarero de un bar de pintxos y estudiante de cocina, las tres cualidades más importantes del pintxo son: en primer lugar, la presentación para que el pintxo te atraiga visualmente y lo pidas. En segundo lugar, el sabor. Por muy atractivo que sea debe saber bien. Y por último, la elaboración, el tiempo que dediquen a prepararlo. “No siempre el pintxo más complejo es el más rico” subraya Dos Santos.
Según Antón Sáenz, el atractivo es importante pero afirma que "el pintxo cuanto más grande peor". Es partidario de los pintxos "clásicos", ni muy grandes, imposibles de comer, ni miniaturas creaciones creativas imposibles de degustar.
Esto solo es teoría. Si a nosotras con tan solo escribir esto nos entra el gusanillo, a vosotros leyéndolo y viendo la galería se os tiene que hacer la boca agua. Desde aquí os invitamos a poner en práctica una de las mejores costumbres que tenemos recorriendo los locales más famosos y con la mejor compañía. Y es que en Euskadi, comer bien más que una necesidad es un placer.

